Síndrome genitourinario
La menopausia y posmenopausia, etapas que marcan el cese de la menstruación, impactan todos nuestros órganos y sistemas. Presentándose generalmente entre los 45 y 55 años, los síntomas asociados pueden afectar la calidad de vida de las pacientes, con consecuente pérdida de autoestima y disminución de la satisfacción sexual. Su prevalencia se estima entre el 40 y 65%.
El Síndrome Genitourinario (SGU) de la menopausia, también conocido como atrofia vulvovaginal, engloba una serie de signos y síntomas en la vagina, los genitales externos y el tracto urinario, asociados a la disminución de la producción de estrógenos por parte del ovario.
Los estrógenos desempeñan un papel crucial al mantener el grosor adecuado de la mucosa vaginal, favoreciendo la producción de glucógeno y fibras elásticas. Además, contribuyen al buen tono muscular, promueven la síntesis de colágeno y elastina en las capas externas de la vagina, brindando soporte al tejido. La microbiota vaginal, predominantemente lactobacilos, metaboliza el glucógeno en ácido láctico, manteniendo un pH vaginal saludable de 3,5 a 5.
El envejecimiento y los cambios hormonales asociados a la menopausia provocan alteraciones en el aparato genital y urinario.
CAMBIOS EN LA VAGINA
- Adelgazamiento de la pared vaginal.
- Pérdida de pliegues vaginales.
- Pérdida de elasticidad de la pared.
- Acortamiento y estrechamiento de la vagina.
- Cambios en la microbiota vaginal con aumento del pH (mayor riesgo de infecciones en vagina y tracto urinario).
CAMBIOS EN LA VULVA
- Reducción del vello púbico.
- Reducción de la grasa subcutánea en los labios mayores.
- Disminución del tamaño de los labios menores.
- Retracción del introito vaginal (reducción en el tamaño de la entrada vaginal).
- Involución de las carúnculas himeneales (disminución en el tamaño de las protuberancias en la entrada vaginal).
- Aumento del pH vaginal que puede provocar dermatitis en la vulva.
CAMBIOS EN EL TRACTO URINARIO INFERIOR
- Alteraciones en la musculatura y el colágeno de la pared de la vejiga, con una capacidad reducida de la vejiga, disminución del flujo urinario y de la presión de cierre de la uretra.
- Infecciones de orina recurrentes (ITU).
- Pérdida de soporte de los músculos del suelo pélvico, con mayor riesgo de prolapso de órganos pélvicos.
Estos cambios provocan síntomas crónicos y progresivos que no mejoran sin tratamiento, siendo los más frecuentes:
- Sequedad vaginal.
- Ardor o prurito.
- Incontinencia urinaria de urgencia.
- Dolor al orinar (disuria).
- Infecciones de orina recurrentes.
- Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
- Pérdida de excitación, orgasmo y deseo sexual.
La práctica de ejercicio regular, ejercicios del suelo pélvico, mantener un peso adecuado, evitar el tabaquismo, reducir el consumo de alcohol y mantener una actividad sexual, pueden mejorar los síntomas. En casos necesarios, se recomienda el uso de estrógenos locales o prasterona, terapia hormonal sistémica y tratamiento oral no hormonal.
TRATAMIENTOS RECOMENDADOS PARA EL SÍNDROME GENITOURINARIO
Para abordar estos aspectos, recomendamos estos tratamientos:
- Láser de CO₂ Vaginal: Mejora del grosor de la mucosa. Estimula la vascularización de los tejidos.
- Radiofrecuencia: Aumenta el flujo vaginal. Favorece la normalización del pH vaginal.
- Ácido Hialurónico: Contribuye a la mejora del tono muscular. Aporta hidratación y elasticidad a los tejidos.
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP): Estimula la vascularización. Favorece la regeneración de tejidos.
Estos tratamientos, realizados en la consulta de forma ambulatoria, ofrecen beneficios específicos, como la mejora del grosor de la mucosa y la estimulación de la vascularización de los tejidos, en el caso del láser de CO2 vaginal, que contribuyen a aliviar los síntomas asociados al Síndrome Genitourinario de la Menopausia.